¿Tu pareja te ha pedido matrimonio o quizá estás pensando en hacerlo tú?
¡Enhorabuena, es una fantástica idea!!!
Pero aunque tengáis una idea clara de cómo queréis que sea, debéis convertirlo en el mejor día de vuestras vidas, un día inolvidable tanto para vosotros como para vuestros invitados. Pero no es tan sencillo como parece ya que durante el proceso de planificación hay unos terminios a cumplir y cuando uno se pone a organizer van saliendo temas y mas temas que resolver, que juntamente con las obligaciones cuotidianas hacen que el tiempo se vaya reduciendo y las responsabilidades vayan increscendo.
Durante la organización de una boda hay dos fases muy claras e igual de importantes que son por un lado, la preparación previa a la boda que consiste en la búsqueda de proveedores, lugar de ceremonia, catering, estilismo, decoración, etc… y por el otro lado, la coordinación del día del evento en concreto. Esta última fase suele poner nerviosos a los novios, ya que son muchos los factores a controlar y al final, son ellos los que tienen que disfrutar.
Así que definitivamente, lo mejor es contar con alguien experto en la materia, que te haga el trabajo muchísimo más fácil, delegando responsabilidad y ganando en tranquilidad. Alguien que escuche lo que realmente tenéis en mente para vuestro gran dia, y negocie al máximo por vosotros con el fin de hacer realidad todo vuestros sueños, a los mejores precios peronalizando al máximo todo el proceso.
En efecto, la figura de wedding planner están a la última en tendencias y te van a saber guiar para que sea todo espectacular y funcione a las mil maravillas. Y por si fuera poco, vas a salir ganando económicamente porque pueden negociar precios de servicios y hacerte presupuestos cerrados para que no tengas sorpresas desagradables de última hora. En definitiva, se toman tu boda como si fuese la suya, cuidando al máximo cada detalle porque saben lo importante que es ese día para vosotros.


